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Fuiste un juguete en un mundo de hermanas mayores. Eres el pequeño de unos padres que te quisieron y te quieren, y el único chico, y por mera anécdota o por tu personalidad tan peculiar, en una familia de un futbolero, papá, y de futboleras, al que no le gusta para nada el fútbol.
Te gustaba la bici y sobre todo, capturar hormigas y otros bichitos que guardabas en los bolsillos y luego, encerrado en tu habitación, en un periquete ¡el mejor de los hormigueros que las hormiguitas que habías recogido podrían considerar con cajas y cualquier cosa que estuviera a tu alcance!.
Un cangrejo regalado por el pescadero, al acompañar a papá al hacer las compras, te vivió dos años. Los hámster crían sin parar, al refugio del ruído de la familia y a la sombra, pues eras el primero, con muy corta edad, en tener claro cuándo la hembra estaba encinta (para asombro de todos) y lo que había que hacer para que los padres no atacaran a los recién nacidos. Hasta que llenaste el barrio de hámsteres y papá y mamá decidieron que separaras a Isidro y a Petra. Isidro llegó a cumplir los tres años, ¡y el veterinario no salía de su asombro!.
Eres un creador nato y amante de los animales. Y llevas el nombre de dos “santos guerreros”, luchador contra un dragón, el del día de hoy, San Jorge. Tú, que has crecido rodeado de saurios, extinguidos y [...]
Después de una jornada eterna, llegaron por fin al hotel.
Parecía que cada nuevo hotel superaba en belleza y en confort al previo. Ellas
intentaban no tener en cuenta tantas atenciones por parte de quienes les
recibían: siempre uniformados, ofreciendo amablemente refrigerios y algún tipo
de delicia: un dulce, una pequeña demostración de algo de la tierra. Lo primero
era el ir a la habitación, aunque habían tomado la costumbre de regresar a la
puerta, hacerse una fotografía y, ya en la habitación, otras más para mostrar
después “los palacios” en los que se iban alojando.
En el momento en el que ella dejó de tomar fotografías del
exterior y antes de que subieran a la habitación, notó cómo el sol bajaba
rozando el horizonte, jubilosa dijo a su amiga: -¡Por fin, una fotografía del
atardecer con el desierto de fondo!. -¡Sí, sin duda una hermosa fotografía,
pero estoy esperando entregarles las llaves desde hace ya un rato, señoritas.
De nuevo “Javi”, parecía mostrar
[...]
Al mediodía, después de un largo recorrido en el autobús sin que ella dejara de usar el abanico, llegaron al hotel, comieron (deleitándose con los dulces y postres, además del resto del banquete) y después visita a una localidad próxima. Sus callejuelas, su historia, sus tiendas. Por supuesto ellas ya habían leído en sus folletos y libros esas peculiaridades y, como parecía iba a ser habitual a lo largo del circuito, prefirieron demorarse en algunas tiendas, buscando algo que a ella le agradaba mucho: cerámica o algo “típico” u original de la zona. Acabado el tiempo de la visita, llegaron al autobús las últimas. “Javi” tenía apuntado los que ya habían subido y, algo nervioso, golpeaba levemente el lápiz [...]
Hasta donde yo voy,
es difícil encontrarme.
Por eso, cuando me escapo,
nadie sale a buscarme.
(Sina)
[...]
En estos días
pasados se ha dado la circunstancia de coincidir en un pequeño espacio de
tiempo las fechas de las evocaciones del nacimiento y de la muerte de dos almas
inigualables unidas por un mismo amor: las palabras. Me refiero a los autores
Mariano José de Larra y Miguel Hernández.
El primero al conmemorarse los doscientos años de su nacimiento. El 24 de marzo
de 1809 vio la luz por primera vez, aunque tristemente decidiera acabar con sus
desdichas con tan sólo 27 años.
Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad…
El mundo está loco. Definitivamente loco… lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga [...]